No todos los animales son iguales


Cuando queremos valorar el tiempo transcurrido con nuestros pacientes es difícil destacar a alguno o incluso es difícil, no globalizar nuestra actuación.

El calor, las miradas, la tristeza al perderlos y el esfuerzo y la lucha que hemos puesto siempre en solventar los problemas, nos hace mejores, más caritativos, y nos ayuda a entender, compartir y luchar contra el dolor y el sufrimiento.

El dolor físico de nuestras mascotas, y el dolor referido de sus propietarios, y en ocasiones la sensación y angustia que produce la separación y la pérdida del animal.

En muchas ocasiones me refiero al espacio que ocupa un animal en nuestras vidas, no se trata de tamaño, se trata de presencia, de latido de percepción, de compañía y de sensación, de ocupación de un espacio que se transforma en espiritualidad.

El Budismo y el hinduismo, sostienen la presencia del "ánima" de los animales, cree en la reencarnación de las criaturas vivientes y no necesariamente en la misma especie.
“En ocasiones, les digo a mis clientes que teniendo el fichero en las manos, podré elegir a que casa quiero ir cuando nos reencarnemos en perro o gato.”

Hablando con el párroco de mi localidad en paz descanse, cada vez que visitaba a su viejo “Amigo amigo”, hablábamos de la vida después de la muerte, el desde la fe y el credo, Y él siempre me decía; Si Dios hizo todas las criaturas por amor, seguramente les reservo un rincón donde correr pastar y acompañarnos.
Repetía las palabras de san Francisco de Asís, de la madre Teresa de Calcuta de Gandhi y de muchos grandes pensadores, que depositan en el animal algo más que instinto de supervivencia.

Para acabar esta pequeña reflexión, leeros este escrito de la Madre Teresa de Calcuta en referencia a los perros.

Amor a los animales
Porque ante el poder del hombre que cuenta con armas… son indefensos.
Porque son eternos niños, porque no saben de odios… ni guerras.
Porque no conocen el dinero y se conforman con solo un techo donde guarecerse del frío.
Porque se dan a entender sin palabras, porque su mirada es pura como su alma.
Porque no saben de envidia ni rencores, porque el perdón es algo natural en ellos.
Porque saben amar con lealtad y fidelidad.
Porque dan vida sin tener que ir a una lujosa clínica.
Porque no compran amor, simplemente lo esperan, porque son nuestros compañeros, eternos amigos que nunca traicionan, y porque están vivos.
Por esto y mil cosas más…(merecen nuestro amor).
Si aprendemos a amarlos como se merecen…estaremos más cerca de Dios.

Hay que tener en cuenta que en los países del oriente asiático, en general, en las zonas rurales, y en las grandes ciudades en los barrios, los perros viven a merced de la caridad de la gente, no son propiedad de nadie andan por las calles, y reciben la comida y la ayuda de todos, viven o mueren a merced de los habitantes de este lugar.
Los elefantes, las vacas y los caballos, son tratados con el máximo respeto y atención, ya que todavía hoy son fundamentales para ganarse la vida.

En Birmania, país muy pobre, pudimos observar con que respeto tratan desde sus creencia budistas a los animales, y como los alimentan con lo poco que tienen.

 

Yang, nuestro guía, un Budista practicante y convencido, acariciando un cachorro en una de las visitas.
Tal es el respeto por los seres vivos, que un día del viaje, en el autobús había una especie de avispa o parecido, la gente empezó a intentar matarla Iang, con la máxima delicadeza abrió una de las ventanillas, y con su pay-pay y con la máxima tranquilidad venteo al insecto que por la ventanilla abandono el autobús.

 

Cada animal tiene una función labrar los campos de arroz, transportar leña, pasear turistas y pastar y alimentarse, para trabajar de adultos y alimentarlos.

 

En un monasterio Budista, después del reparto de la comida, los pobres y huérfanos comparten su comida con un cachorro y con los demás perros, a los que les han puesto comida en un cuenco.

 

Después de una larga jornada subiendo y bajando turistas al templo, un buen baño, que de forma natural tomaría en un río.

 

Las condiciones zoosanitarias no existen, si la medicina no llega a las personas, seria inaudito pensar en que si llega a los animales, pero sí que reciben la mejor atención que necesita un ser vivo calor cariño y comida.
Como podemos ver en las imágenes, estos perros están sarnosos.

 

 

El sol sale y se pone para todos los seres vivos nosotros los que más contaminamos, deberíamos procurar más por los que sin contaminar, sin derrochar energías ni recursos, sufren más que nadie todos los desmanes.
Los pequeños gestos individuales, son los que en un futuro puede que solucionen y aminoren la contaminación y el despilfarro de recursos.

Alexandre Tarragó