Columna cervical; vértebras cervicales.


Atlas Axis C3, C4, C5, C6, C7

- Alteraciones atlantoaxiales y síndrome de tambaleo- generalmente suele darse en razas determinadas y son problemas anatómicos.

Se presenta cuando la articulación del atlas con el axis, que son las dos primeras vértebras cervicales, se ven afectadas en su movilidad. Debemos recordar que la articulación de estas dos estructuras óseas permite movimientos rotacionales de la cabeza sobre la columna.

La C1 gira alrededor de la apófisis odontoides de C2. La articulación permite poca flexión.
Cuando la cabeza es forzada hacia abajo, es decir ventralmente, se pueden producir diversas lesiones, como la ruptura de ligamentos, fractura de una parte de las vértebras llamadas apófisis o del cuerpo del axis, o una mezcla de todas estas lesiones. Este tipo de lesiones suelen provocadas por traumatismos que se pueden presentar a cualquier edad, como resultado de una fuerza de flexión sobre la cabeza. Se requiere una fuerza considerable para precipitar tal traumatismo en perros normales.
La inestabilidad de esta articulación puede deberse también a un problema congénito que se verá agravado por un traumatismo mínimo que conducirá a la inestabilidad. Esto es relativamente frecuente en las razas miniatura, por alteraciones de la osificación. La fusión ósea temprana, la fusión parcial o la no fusión de las placas de crecimiento puede provocar esta patología, que se traduce en una inestabilidad de la articulación con exposición de la médula espinal al trauma. Los signos clínicos varían según el grado de trauma. El dolor en el cuello es, por lo general, el signo más temprano y el más leve. Los traumas medulares más graves causan un grado variable de déficit propioceptivo, y posteriormente, motor en los cuatro miembros. Estos pacientes siempre están en riesgo de padecer una parálisis motora, y por tanto de sufrir una parada respiratoria que conduzca a la muerte.

 


Figs. 01-02-03: inestabilidad atlanto axial, pincher 4 meses.

 


Figs. 04-05-06: inestabilidad atlanto axial traumática, chihuahua 2 años caída.

 

Por lo general los signos clínicos de subluxacion siempre se dan en pacientes jóvenes cachorros aunque puede presentarse a cualquier edad.

Y generalmente en razas pequeñas TOY.
Hay algunos signos patológicos que pueden conducir a la subluxacion atlanto axial:
• Ausencia de la apófisis odontoides, una agenesia.
• Fractura o separación de la apófisis odontoides
• Fracaso de la acción de los ligamentos., como consecuencia de una malformación o rotura de los mismos.

En el caso de los perros con lesiones CONGENITAS, tienen ausencia o hipoplasia de la apófisis odontoides en el 46% de los casos el 30% tienen una malformación de la apófisis odontoides y el 24% la tienen normal, según el estudio realizado por Beaver y colaboradores en el 2000.
En los perros con apófisis odontoides normal, o con anomalías, las anomalías del ligamento transverso del atlas pueden producir una subluxacion según Watson y colaboradores en 1989.
Un traumatismo también puede ser la causa de un desequilibrio en la zona cervical, y un traumatismo leve, puede manifestar signos de deformaciones que habían estado sordos hasta el momento.

El diagnóstico de la enfermedad lo debemos basar sobre los signos de presentación y neurológicos, y los estudios radiográficos, que es preferible que sean realizados con el perro anestesiado.
La forma traumática se puede presentar a cualquier edad y en perros de cualquier tamaño y raza. La forma congénita afecta casi exclusivamente a las razas caninas toy (Chiguagua, Pomerania, Pequinés, Yorkshire, o Caniche toy). También se ha descrito en algún Doberman y en algún Rottweiler. Los perros afectados suelen tener menos de un año, aunque también se puede aparecer bastante tiempo después.
El trauma es parte de la historia en la mayoría de los casos. La magnitud del trauma suele ser mucho menor en la forma congénita, y a menudo está dentro de los límites de la actividad normal (por ejemplo saltar de una silla puede precipitar la presentación de los signos clínicos en casos congénitos)
La presentación y los signos neurológicos suelen incluir dolor cervical y un grado variable de déficit propioceptivo o motor sólo en los miembros posteriores o, con mayor frecuencia en los cuatro miembros. Los perros afectados, a veces, mantienen la cabeza caída para evitar levantarla, y a veces tiran la comida al suelo para facilitar su ingestión. Si hay parálisis de las cuatro extremidades (tetraplejía), se puede presentar hipo ventilación y muerte por asfixia.
La mejor forma de diagnostico es realizar diferentes  radiografías, es conveniente realizarlas con el animal anestesiado, el animal tiene mucho dolor y es muy difícil que adopte una posición relajada en la radiografía, lo cual puede inducir engaño. La posición lateral suele muy explicita en el diagnostico. la proyección latero lateral, lateral con cierto manejo del cuello en ligera flexión, y lateral oblicua.. En la dorso ventral también podemos apreciar las distancias y la sobre posición vertebral. Además se deben tener en cuenta otros diagnósticos como enfermedad discal cervical, disco espondilitis, meningomielitis o trauma en otros sitios.

El pronóstico depende del grado de trauma provocado en la médula. La mayoría de los pacientes tienen un compromiso motor leve a moderado, y un pronóstico favorable a reservado con el tratamiento adecuado.
El tratamiento puede ser conservador o quirúrgico. En el primer caso utilizaremos collarines inmovilizadores para restringir los movimientos de la cabeza y del cuello, acompañado del uso de corticoesteroides de acción corta, analgésicos y reposo (a ser posible en jaula de contención) durante 1 a 3 semanas. Ni que decir tiene que el perro deberá estar protegido de traumatismos el resto de su vida.

 


Figs. 07-08-09: fractura atlas.

 


Figs. 10-11-12-13: esguince cervical, collarín.

 

El tratamiento quirúrgico puede ser efectuado para descomprimir la médula o para estabilizar la articulación atlantoaxial.
Hay que valorar la posibilidad de la existencia de hidrocefalia (liquido en la cavidad craneal). Y los deficits vestibulares (perdida de equilibrio girar la cabeza hacia un lado, despistarse…), no demasiado frecuentes Denny y colaboradores en 1988.

 

- Espondilopatía cervical -

Es una alteración neurológica que se identifica con mayor frecuencia en la raza Doberman, Gran Danés y otras razas de gran tamaño. La excepción en cuanto a tamaños es el Basset Hound.

Los signos clínicos que presenta son:
• Malformación o estenosis, o ambas del canal vertebral.
• Inestabilidad vertebral,(similar a la cauda)
• Hipertrofia de los ligamentos (por la inestabilidad)
• Proliferación de la capsula articular o formación de quistes.(inestabilidad defensa)
• Producción de osteofitos,(formaciones óseas peri articulares.
• Hernias de disco.

Todo ello llevara como consecuencia la compresión de la medula, creando el problema..
Los signos clínicos, en perros de talla grande suelen aparecer antes.l variaran desde una leve ataxia en los miembros posteriores hasta una tetraplejía; el dolor cervical puede ser una característica. En el Doberman casi siempre la afectación esta en C5/C6, C6/C7, el llamado síndrome de Wobbler.

Dificultad en la marcha y problemas graves en la función tanto del tercio posterior como del anterior.
Hay que hacer un diagnostico diferencial con:
• Trastornos degenerativos.
• Trastornos del desarrollo.
• Trastornos neoplásicos.
• Trastornos inflamatorios.
• Trastornos infecciosos.
• Trastornos isquemicos, (riego sanguíneo).

En perros adultos, valorar, y en jóvenes valorar:
• Valores pericos (analítica completa de sangre), coagulación hepatitis.
• Hipotiroidismo.
• Trastornos hemorrágicos.
• Cardiomiopatias en adultos y en cachorros.

El diagnóstico se suele hacer por Resonancia Nuclear Magnética o TAC, también puede utilizarse la mielografia, ya en desuso.
Aunque la causa está por determinar, se apunta el origen congénito y se piensa que la inestabilidad vertebral es un factor muy importante. Los signos clínicos varían desde una leve ataxia de los miembros posteriores hasta una tatraplejía; el dolor cervical puede estar presente.
Es probable que los factores nutricionales también puedan ejercer influencia sobre el desarrollo de la columna vertebral; La costumbre equivocada de sobredosificar de calcio y vitaminas a los perros de razas grandes, conlleva a  reducir la resorción ósea y contribuir con la estenosis del canal vertebral!.
El desarrollo anormal de algunas vértebras cervicales o una mala articulación entre estás puede causar una compresión directa sobre la médula. Con mayor frecuencia, estas características producen una compresión medular debido a determinados cambios que se producen en los tejidos blandos, como son los discos intervertebrales y los ligamentos.
Las estenosis óseas del canal medular suelen ser mucho más graves en perros inmaduros y jóvenes, ya que el grado de malformación vertebral suele ser importante, provocando compresiones en múltiples lugares.
Lo que se puede observar en el perro con esta dolencia es una incoordinación en los movimientos pélvicos de signo gradual y progresivo, que se acompaña de cierta debilidad. A veces la presentación es súbita. El grado de ataxia y paresia es variable. A veces los perros arrastran los dedos y los miembros torácicos presentan una marcha envarada y pasos cortos. No es nada extraño encontrar que el perro levanta la cabeza de forma exagerada. Por lo general el déficit de los miembros anteriores se presenta de forma más tardía que el de los miembros posteriores, y la mayoría de las veces es menos grave.
Algunos perros tienen tanto dolor en el cuello, que se resisten a la manipulación de este, especialmente cuando intentamos extenderlo.
El pronóstico está en función del grado de las lesiones que el perro ha desarrollado.
El diagnóstico se podrá hacer mediante radiografías simples Las técnicas de imagen como la tomografía computarizada y la resonancia magnética nuclear pueden dar información adicional acerca de la deformación vertebral, así como de la compresión medular.
La obtención de líquido cefalorraquídeo y su análisis posterior servirá para descartar enfermedades inflamatorias de la médula y meninges.
En la mayoría de los casos y dada la naturaleza progresiva de la enfermedad, se harán necesarios los tratamientos quirúrgicos, que engloban una amplia variedad de técnicas, en función de las lesiones.

 

-Discopatias-

La degeneración de los discos intervertebrales y la protusión o extrusión del material discal dentro del canal vertebral causan los síndromes neurológicos más frecuentes en los perros. Hernia discal cervical
Los signos clínicos en los casos leves pueden incluir dolor asociado con la columna vertebral, ataxia y paresia. En los casos graves, la parálisis con o sin pérdida de la función sensitiva caudal o posterior a la lesión es típica. Y una manifestación de dolor agudo intenso (Seim y Prata,1982).

En la fase aguda el dolor es muy intenso, el perro aúlla de forma espontánea, dolor irresistible. En la fase más crónica cuando ya hay paresia e incapacidad el dolor disminuye.
La degeneración discal es especialmente prevalente en razas condrodistróficas (Dachshund, Pequinés, Beagle caniches, spaniels, shih tzus y chihuahuas), que se suele presentar entre los 2 y los 6 años. Los perros de razas grandes también pueden tener discopatias cervicales, casi siempre esta patología esta ligada al síndrome de espondilomielopatia cervical.
Para entender la enfermedad, os diré que los discos intervertebrales se encuentran interpuestos en cada espacio intervertebral, excepto entre las cervicales 1 y 2. De esta forma unen los cuerpos de las vértebras. Se encuentran rodeados de numerosos ligamentos que les proporcionan soporte. Su función es actuar como almohadillas entre las vértebras para permitir los movimientos, minimizar y absorber las fuerzas de choque y unir segmentos de la columna vertebral.
Estas estructuras no están exentas de sufrir procesos degenerativos a lo largo de los años que se traducen en pérdida de elasticidad. No es raro que a consecuencia de ellos se produzca su calcificación. En las razas condrodistróficas estos procesos son sumamente rápidos, con un pico de incidencia entre los 3 y 5 años. En las otras razas, los procesos degenerativos son más lentos, y los cambios clínicos significativos no se suelen presentar antes de los 8 o 10 años.
Las lesiones cervicales representan el 14 al 16% de las Discopatias intervertebrales en los perros, siendo el Beagle, el Pequinés y el Teckel las que representan a más 80% de los casos. Las más frecuentes se localizan entre la cervical 2 y 3, disminuyendo desde la 3 y 4, y con menor frecuencia entre la cervical 7 y la primera torácica. No hay una aparente predisposición por sexo.

El dolor cervical grave es el signo más observado. La marcha envarada, la cabeza gacha, y los espasmos en determinados grupos musculares, en especial del cuello y de los hombros son manifestaciones típicas de dolor. Es muy habitual el dolor radicular que se manifiesta en los miembros anteriores. La paresia o la parálisis es menos común pero cuando se presenta es, a menudo, más grave sobre un lado que sobre otro, y algo más marcada en los miembros pélvicos que en los pectorales.
Ante una discopatia no debemos descuidar el diagnóstico diferencial, es decir la exclusión de otras enfermedades que presentan síntomas muy parecidos como son: espondilomiopatías cervicales, quistes sinoviales, osteoartritis, neoplasias óseas, enfermedades inflamatorias y traumas.
El diagnóstico, una vez más se hará mediante radiografías simples y con contraste, RM y TAC.
El tratamiento conservador incluye el uso de antiinflamatorios y relajantes musculares, junto a un reposo absoluto durante un mínimo de 14 días. En los perros sometidos a este tipo de tratamientos deben vigilarse los posibles efectos secundarios de la medicación como los vómitos, el dolor abdominal y las heces con sangre.

Es muy útil la utilización de collarines ortopédicos que ayudan a descansar y abrir las articulaciones colapsadas.
El tratamiento quirúrgico se impondrá cuando la solución conservadora demuestre que no es suficiente.

En los tratamientos quirúrgicos, contaremos con diferentes técnicas, que siempre se basaran en la descompresión del canal neural, a fin de evitar la compresión del cordón neural.
Slot ventral, consiste en acceder directamente al disco intervertebral por la cara ventral, a fin de sacar el disco y limpiar la zona. hay que fijar en ocasiones, a fin de evitar movimientos de las vértebras.
Fenestración dorsal, laminectomia hemilaminectomia. La técnica es abrir una ventana amplia a fin de liberar la medula de la compresión ventral a que esta sometida por la protrusion del disco.

La utilización de una u otra técnica dependerá, de muchas variables que se tendrán que analizar en cada caso.
Cualquier actuación sobre una discopatia de cervicales, se basaran:
• Descompresión, desinflamar la zona.
• Dolor, actuar sobre el dolor de una forma rápida.
• Valorar si es suficiente el tratamiento conservador, medico ortopédico (collarín fisioterapia), o bien es necesario un tratamiento quirúrgico y cual.

 

Resumiendo. Habrá que tener en cuenta:

Signos clínicos de las discopatias cervicales:
• Dolor de cuello.
• Aullidos espontáneos.
• Cabeza baja.
• Cojera o paresia del miembro toracico, parálisis.
• Signos de raíz del miembro toracico, dolor a la movilización del miembro.
• Hemiparesia.
• Tetraparexia.

Diagnostico diferencial del dolor de cuello:
• Nódulo de Schmorl.
• Dolor de las facetas articulares.
• Quiste sinovial.
• Bursitis bicipital.
• Lesión de la articulación temporomandibular o dolor orofaringeo.
• Otitis media.
• Espondilomielopatia cervical.
• Subluxacion atlanto-axial.
• Siringohidromielia.
• Fractura patológica, esporádica osteoporotica.
• Tumor de tejido blando o tumor óseo.
• Lesión intracraneal.
• Lesión torácica de cualquier tipo.
• Meningomielitis.
• Poliartritis.
• Polimiositis.
• Hematoma o hemorragia de la medula espinal.

 


Figs. 14-15-16-17: DISCOPATÍA hernia discal entre la C2-C3 pincher 5 años.

 


Figs. 18-19-20-21-22-23-24: DISCOPATÍA hernia discal entre la C2-C3.Slot ventral, Beagle 4 años.

 


Figs. 25-26-27-28: DISCOPATÍA tres hernias discales laminectomía-caniche 8 años.